jueves, 7 de abril de 2011

Se alquila el mítico Cristina O. Un barco que forma ya parte de la historía

El yate Christina O, que perteneció al magnate Aristóteles Onassis, es más que un yate de lujo. Es un lugar donde historia y leyenda surcan los mares como una vivienda flotante de cinco estrellas.
Desde que murió Onassis, su propietario es John Paul Papanicolau pero no es el único que navega con él. Este yate de casi 100 metros de eslora se alquila.


Tiene su encanto (¿o es morbo?) pasar unos días en el mismo yate donde Onassis conoció a Jacqueline Kennedy, hizo de anfitrión para Winston Churchill o Frnak Sinatra. Fué un lugar de encuentro de la élite internacional durante 50 años.

La embarcación cuenta con una piscina en su interior, con un mosaico que es una imitación del palacio Knossos de Creta y que se transforma en pista de baile apretando un botón. Onassis, el hombre más rico del mundo en su día, llegó a llenar la piscina de langostas para alegrar la estancia de sus invitados.
El salón lapislázuli, que cuenta con una chimenea construida a base de esta piedra preciosa; unos taburetes de piel de testículo de ballena; y grifos y picaportes de oro son algunas de las excentricidades que se pueden encontrar en el yate, que también ofrece biblioteca, un comedor, un gimnasio, peluquería, cuarto de juegos para niños y un jacuzzi en la cubierta. Aún falta citar la joya del yate, que no es otra que la suite Onassis, de 220 metros cuadrados, en la que Aristóteles sedujo a mujeres como Jacqueline Kennedy, Maria Callas o Eva Perón.



El pasado verano fué visto en Mallorca y fondeó cerca de Marivent, uno de los destinos que eligió su afortunado inquilino durante sus vacaciones de lujo por el Mediterraneo

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