CL: ¿Qué obligaciones tiene al ocupar este cargo?
EL: La verdad es que no tengo casi obligaciones, y si las tuviera, las haría muy a gusto. Me divierto mucho en esta faceta de mi vida, ya que lo puedo compaginar con mi trabajo y es algo tan entretenido y apasionante que es un placer y un honor.
CL: ¿Qué requisitos debe cumplimentar una persona para pertenecer a este club?
EL: Sobre todo nuestra pasión. Para nosotros, poseer un Ferrari, no es tener un coche de lujo, es sentir los colores, los detalles, la velocidad, la potencia, la fuerza... En definitiva, lo que la marca significa. Es un todo hecho coche y eso es lo que compartimos todos y queremos transmitir. A nosotros nos apasiona nuestro coche. Miramos cada detalle de ellos y los cuidamos como si de mi hijo. Yo llegué a hacerme un lavadero de coches en mi casa de Sotogrande, para que nadie pudiera tocarlo.
También está claro, que si tienes pasión y no tienes un Ferrari, no puedes pertenecer a nuestro Club.
CL: ¿Cuántos miembros son?
EL: Somos alrededor de unos 400 miembros, no te sé decir con certeza, ya que cada año se suman más miembros y se van por diversos motivos algunos de ellos.
Hay que tener en cuenta que muchos de nuestros miembros son extranjeros y algunos sólo están en marbella esporádicamente.
CL: ¿Se reúnen a menudo?
EL: Claro que si. Todos los domingos a las 11.30 quedamos en el Restaurante Toni Dallis de la carretera de San Pedro, en la milla de oro, donde nos reunimos. Cuando ya estamos todos, nos damos unas vueltas y terminamos a la hora de comer en el Toni Dallis de Puerto Banús, en un reservado que nos preparan. Y si ese día, es día de Formula 1 nos ponen un proyector para que la veamos mientras comemos.
CL: ¿Y hacen viajes juntos?
EL: Solemos ir a numerosas concentraciones de ferraristas, por todo Andalucía sobre todo. Aunque también acudimos a actos, como son presentaciones de nuevos modelos de coches o carreras, por todas partes de España.
El pasado noviembre fue el Ferrari World Finals en el Circuit de Valencia, celebrado también en 2009, donde van todos los altos cargos del mundo Ferrari y donde todos pasamos una jornada y una noche de gala increíble. Es como trasladarse a Maranello por un día, ¡hasta el agua que nos sirven es italiana!
También vamos a ver carreras de formula 1 todos juntos. Las celebradas en circuitos españoles siempre, y de vez en cuando, nos trasladamos algunos a los circuitos italianos como es el de Monza. Para que se note que estamos con Ferrari donde estos vayan.
A veces hemos ido a entrenamientos como son los de Jerez en los que compartimos el día con nuestros pilotos, como Fernando Alonso entre otros.
CL: ¿Si vende usted su Ferrari, deja de pertenecer a este Club?
EL: Es algo obvio. Aunque conozco a pocas personas que se hayan desprendido de un Ferrari después de haberlo tenido.
CL: ¿Una persona que tiene un Ferrari, tiene un segundo coche, verdad?
EL: Pues claro. Es un coche de domingo. No me gusta sacarlo mucho, sobre todo, porque no me gusta que la gente piense que lo hago por lucirlo. Yo lo tengo porque me gusta y lo saco cuando tengo que sacarlo. De diario me manejo con el Porsche Cayenne o con el Mercedes SL de mi esposa.
CL: ¿Tiene pensado cambiar de coche de aquí a unos años?
EL: Como ya he dicho con anterioridad, conozco a pocas personas que se hayan desprendido de su Ferrari después de haberlo tenido, y yo no iba a ser la excepción. Está claro que existen muchos coches increíbles, como pueden ser Bentley, Aston Martin, Lamborgini… pero un Ferrari es un universo a parte. No es comparable con ningún otro. Si te compras un Ferrari no te lo compras porque te gusten los coches, te lo compras porque te apasionan los Ferraris.
Yo por ejemplo, comencé con un 612 Scagletti y luego adquirí el F430 Scuderia.
Tengo amigos que después de haber sufrido un accidente con su Ferrari, creen que su vida se ha salvado gracias a éste, y amigos que quieren más a su coche que a sus propios hijos, jajaja.
Así que si tu pregunta, lleva escondida la pregunta de si cambiaré mi Ferrari por algún otro coche, te puedo decir con toda seguridad que jamás.
Carolina López Egea
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