Caprichos de lujo:
Entendemos que la imagen corporativa es la imagen de lo que una compañía “significa”, es decir, lo que percibimos de ella. Es básico para una empresa, y sobre todo, para una empresa de lujo tener una buena imagen ante su público. Esta gente con gustos muy exquisitos y exclusivos, buscan que lo que adquieran tengan esas características y que los caprichos que obtengan sean únicos y les hagan únicos.
En este mundo existen grandes emporios que agrupan un gran número de empresas de este sector. Un ejemplo de esto es el grupo Louis Vuitton Moët Hennessy y El Grupo Gucci. Después hay algunas firmas que no han vendido sus acciones a los grandes grupos y, a día de hoy, siguen funcionando como empresas con una tradición familiar, como el caso del diseñador Giorgio Armani, o Donatella Versace.
Pero en todas tienen una imagen clara, y ésta es la que vende dichos productos a su público.
Al hablar de caprichos de lujo nos estamos refiriendo a aquellos gustos o placeres que se dan ciertas personas, (muy pocas), y que les hace diferenciarse del resto. Algunos de los caprichos que se me ocurren a bote pronto, serían el de pasearse por el Lago Di Como (Italo-Suizo) en una lancha, o alquilar la Imperial Suite del Ritz de Paris, entre otros.
Darse caprichos es algo estupendo, pero si además son cosas que están sobrevaloradas socialmente, es decir, con una imagen de marca muy bien vista, conocida por toda la sociedad, admirada y anhelada, lo catalogaría como algo sublime.
Alberto Cherro Molina y Carolina López Egea
No hay comentarios:
Publicar un comentario