Anna Wintour, la editora jefe de «Vogue América» es la última portada de «WSJ», la revista de lujo publicada por «The Wall Street Journal». La edición de abril muestra a la mítica «Reina de Hielo» posando para el fotógrafo peruano Mario Testino bajo el titular «El negocio de ser Anna».
«Ella es una figura realmente poderosa en América, alguien cuyo poder se extiende más allá de lo que ella hace», afirma Deborah Needleman, editora de la revista. La influencia de Wintour es tal que el diseñador Marc Jacobs declaró a «WSJ»: «Si Anna me pide algo, no hay dos posibles respuestas».
El artículo desgrana los secretos del perfil de Wintour y la dibuja como una mujer hiperconectada, con la red de contactos más poderosa del «fashion business».
Wintour es la editora de la edición estadounidense de Vogue desde 1988 y en este tiempo se ha ganado el título de la mujer más poderosa en el mundillo. Una influencia que se extiende mucho más allá de su gusto impecable y el terror que provoca entre diseñadores y parte de su equipo. WSJ menciona la intricada red de poderosos amigos y aliados, que se expande desde Hollywood («star stystem») a Washington (política) y a lo largo de los dos océanos, y cuyos hilos Wintour sabe mover y manejar según su criterio. Y con muchos de ellos ha trabajado durante décadas. «Es más empresaria que emperatriz», dice el artículo.
El propio alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, asegura lo siguiente: «Incluso un tipo como yo, que apenas puede combinar la corbata con la camisa, sabe que la moda significa dólares para la ciudad de Nueva York. Además, detrás de toda la gracia y pose de Anna, hay asuntos complicados de resolver. Ella no es una persona a la que quieras decir que no».
Sin duda una de las revelaciones más interesantes es la que hace R. J. Cutler, director de «The September Issue», el documental que refleja cómo Wintour y su equipo preparan el número más complejo e importante del año. Así describe a la editora, tras observarla de cerca: «Puedes hacer una película en Hollywood sin la bendición de Steven Spielberg, y puedes publicar un software sin la bendición de Bill Gates, pero no puedes triunfar en la moda sin la bendición de Anna».
Wintour también sonríe (lo imprescindible)
Pero más allá del titánico negocio que es la moda, el diario reatrata a una Wintour más humana, de la que resalta su «intuición, mano izquierda y paciencia» a la hora de escoger a las personas en cualquier ámbito, tanto en política como en cine, deportes o moda.
Pero también se puntualiza que detrás de la melena con flequillo y las gafas XXL más conocidas del mundo, se esconde una mujer con sentido del humor. Muy ácido especialmente cuando se trata de su fama como «mujer de hielo». En el estreno de «El Diablo viste de Prada» (la película que la dibuja como la más cruel de las directoras de moda), ella se vistió de Prada.
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