"Diseño para una mujer que empieza a vestirse por los pies", dice Patricia Rosales, quien desvela que la mayoría de sus exclusivas clientas, entre ellas celebridades, princesas árabes, aristócratas europeas y la flor y nata de la sociedad rusa "eligen su estilismo en función de los zapatos".
Con fabrica propia en la meca del calzado español, Elda, (Alicante), Rosales, de 29 años, acaba de presentar su primera colección prêt-à-proter, 'Los tesoros de Egipto', en París, ciudad donde tiene previsto instalarse el próximo año y epicentro de compras y centro de operaciones de sus clientas árabes.
Digitaliza los pies y construye los zapatos a medida
Mediante una cita previa, Rosales conoce a sus potenciales compradoras, quienes le exponen el diseño que desean. Después, digitaliza su pie y estudia su anatomía hasta conseguir una horma como una segunda piel. "Método que le permite trabajar sin necesidad de coger aviones", dice.
Deseados también por Paulina Rubio, los diseños de Rosales tienen éxito porque sabe interpretar los gustos de sus clientas y trabajar las hormas como si de "toiles" -pruebas- de alta costura se trataran. Diseños artesanales e irrepetibles, de gran delicadeza y sensibilidad, realizados con materiales tan lujosos como las plumas de emú, la piel de anguila, de visón o de cocodrilo napato.
Exclusividad que le obliga a frenar la producción de sus creaciones, que tienen un coste mínimo de 1.500 euros, precio que aumenta en función de los materiales que se elijan. "Los más caros que he realizado ascendieron a 80.000 euros, llevaban una redecilla de oro con diamantes, esmeraldas y zafiros", revela.
Exquisita y caprichosa, las seguidoras de Rosales también le solicitan calzado elaborado con joyas familiares, de gran valor sentimental. "En estos casos, suelo trabajar las piedras preciosas a modo de broches para que las puedan utilizar en más ocasiones", cuenta.
Recuerda que una princesa de Catar le pidió unos zapatos con "el tacón de metacrilato transparente relleno con cristales de Swarovski a modo de diamantes".
Para esta joven diseñadora, los tacones denotan personalidad y elegancia. "Son un gran elemento diferenciador entre las personas, además de aportar gran seguridad a la mujer. No dudo en calzarme unos buenos tacones cuanto tengo que tomar decisiones importantes", dice la diseñadora.
En la Antigüedad la longitud del tacón marcaba el rango social
El calzado simboliza "la libertad", basta repasar la historia para descubrir que en la Antigüedad el tamaño del tacón marcaba la diferencia social. En opinión de Rosales, los zapatos de tacón son "una maravillosa vía para expresar la belleza, la sensibilidad y la soberanía de la mujer".
Después de licenciarse en Económicas, Patricia Rosales decidió estudiar moda y diseño. Como no le convenció el método de estudio que se impartía en España, creó su propia escuela de moda en Madrid, ESmes.
Una vez en marcha, su pasión por los zapatos le llevó a Elda. Allí, junto a los más veteranos artesanos aprendió el oficio de zapatero. "No es sencillo hacer un zapato que calce bien, que sea cómodo y que esté bien compensado", explica Rosales, que desde niña siente pasión por los zapatos.
A Rosales, que está preparando una colección que recrea la opulencia y el lujo de los zares rusos, le gusta mezclar las pieles con tejidos nobles y delicados como los brocados.
Sus diseños, conocidos como "los patricios", se adornan con una perla de ocho milímetros en el interior del tacón, sello personal que les distingue en las alfombras rojas de todo el mundo.
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