A pesar de que actualmente el apellido Hilton se relacione con la agitada vida de la heredera del negocio familiar, a nadie se le escapa que los Hilton regentan uno de los mayores imperios hoteleros que se extienden a lo largo y ancho de los 5 continentes. Con 8 marcas valoradas en más de 1.300 millones de dólares, Hilton Hotels Corporation continúa creciendo tras sobrevivir a cuatro generaciones. Ahora, la cadena ha decidido franquiciar su negocio en Europa, después de comprobar con su experiencia en franquicias a través de hoteles en el Caribe, Noruega y La India que esta estrategia funciona.
El génesis del “emporio” Hilton se remonta a 1919, año en que Conrad Hilton, un humilde emprendedor de Nuevo México hasta entonces botones, adquiere un pequeño hotel en la localidad de Cisco, Texas. A este negocio, en principio familiar, no tardaron en sumarse otra serie de pequeños establecimientos con los que Hilton consolidó un modelo de gestión basado en una atención de lujo hacia la clientela, fuese cual fuese la calidad del escenario. Después de cosechar una fortuna discreta en un breve espacio de 11 años, en 1930 Hilton abre su primer hotel de alto estanding en El Paso, Texas, edificio que aún hoy día continúa alojando visitantes pero bajo el nombre de “Hotel Plaza”. Pero la apertura de un hotel de lujo no fue suficiente para conformar el espíritu emprendedor del primer Hilton de la saga, quien en la década de los 50 comenzó a dar los primeros pasos en la creación de la cadena hotelera inaugurando el Caribe Hilton Hotel, en esta ocasión en San Juan, Puerto Rico. “Para lograr grandes cosas primero se deben tener grandes sueños”, manifestó Conrad Hilton en una ocasión. “Se debe luchar por el futuro que uno quiere, desde lo humano y lo divino, con trabajo pero también con verdadera fe. Tal vez la suerte sea un elemento a tener en cuenta pero lo seguro es que sin un sueño no se va a ninguna parte”, unas palabras que la primera piedra del imperio acuñó y dejó plasmada en sus memorias. La compañía se divide Ya en la década de los ´60 el prestigio y la popularidad de los hoteles Hilton eran sobradamente conocidos en el mercado internacional. En un momento en que cruzar el Atlántico con una marca era todo un reto para unos cuantos atrevidos, Conrad H. vendió los derechos de imagen a una empresa británica que se renombró como Grupo Hilton.
Así comenzó una nueva etapa para la compañía, escindida en dos empresas totalmente independientes que continuaron levantando e inaugurando hoteles que, aunque compartían el nombre, no tenían nada que ver. Posteriormente, cuando la marca británica se interesó por el mercado estadounidense y Hilton entró en Europa, los hoteles “europeos” pasaron a llamarse Holetes Vista, mientras que los del brazo norteamericanos adoptaron dos nombres: Conrad Hotels y Hilton Hoteles Internacionales -denominación que sin duda ha calado a nivel mundial-. Con el paso de los años, la británica perdió interés por continuar expandiendo su marca hotelera, en un momento en que la marca Hilton triunfaba en Estados Unidos con una cadena de hoteles sinónimo de lujo y exquisitez. La operación de compra, sin embargo, no se fraguó y finalmente se acordó compartir la gestión como si de una sociedad se tratase. En este periodo ya había entrada en escena el primogénito de Conrad, Barron Hilton, heredero del afán empresarial de su padre que fue nombrado presidente de la cadena en 1966, ocupándose de la gestión de la multinacional hotelera bajo la supervisión de un siempre atento a sus negocios progenitor. Con la muerte del fundador del imperio en 1979 se abre un nuevo capítulo en la historia de los Hilton, aunque esta vez no tan alegre. Con un testamento que dejaba toda la fortuna amasada desde los años 20 a la Iglesia Católica Romana y diversas obras de caridad, Barron tuvo que luchar junto con sus tres hermanos ante una situación que les dejaba, literalmente, sin nada. El imperio regresa a los Hilton Finalmente, tras años de pleitos y abogados, en 1988 el nuevo cabeza de familia se alzó con la victoria argumentando que el había ayudado a su padre a construir la cadena de hoteles, hecho cierto por otra parte, lo cual le permitió obtener toda la fortuna que antes de morir su progenitor les había negado. La vida volvía a sonreír a los Hilton, que continuaron gestionando la cadena con éxito y expandiendo la marca que figura en su apellido a lo largo y ancho del planeta, hasta llegar a la actualidad con una red de más de 2.000 hoteles que operan bajo ocho nombres distintos: Hilton Brand, Conrad Hotels, Doubletree, Embassy Suites Hotels, Hampton Hotels, Hilton Garden Inn, Homewood Suites by Hilton y Hilton Grand Vacations Company. Más de 355.000 habitaciones de auténtico lujo que mantienen intactas la filosofía de negocio con que Conrad Hilton puso en marcha su primer establecimiento hotelero: “Be my guest”. Pero, ¿Cómo se presenta el futuro del imperio Hilton? Volviendo a la división de la cadena que tuvo lugar en 1964, a finales de 2005 la Hilton americana adquirió la cartera de hoteles británica. La operación, valorada en 4.800 millones de euros, supuso la reunificación de la marca bajo el control de una sola compañía y en manos de la familia Hilton. Además, la cadena hotelera ha comenzado a ofrecer su concepto de hoteles de lujo en el viejo continente, después de la exitosa expansión que ha llevado a cabo en el Caribe con la enseña Coral by Hilton, en La India con Trident Hilton y en Noruega con Scandic. El primer hotel bajo este sistema abrirá sus puertas a finales de año en Sicilia con el nombre de Hotel Hilton Portorosa, después de firmar la concesión a la compañía Euro Construzioni S.P.A. Paris Hilton, la princesa del imperio Pero, ¿Qué ocurrirá con la gestión de la empresa, ahora en manos de la familia Hilton? Barron Hilton se casó y tuvo nada más y nada menos que 8 descendientes. Pero, caprichos del destino, solo uno de sus hijos ha tenido a su vez descendencia. La primogénita de Richard Hilton, Paris Hilton, parece alzarse como heredera legítima de una fortuna de más de 365 millones de dólares, según Forbes, pero hasta el momento no ha mostrado mucho interés por la administración y gestión de empresas. Centrada en sus propios negocios, entre los que destacan acudir a fiestas cobrando un suculento caché, comercializar su propio perfume y protagonizar escándalos, la representante de la nueva generación de los Hilton generó por sí sola más de 5 millones de dólares entre 2004 y 2005. Definitivamente habrá que esperar para ver como continúa la historia de la familia Hilton y, lo que es más importante, qué manos acuñarán el destino de la cadena hotelera una vez que Barron Hilton fallezca. A sus 79 años, el abuelo de la heredera no ha manifestado sus intenciones. Aunque eso a Paris parece no preocuparle en absoluto.
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